• EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO III

    SODOMA Y GOMORRA. LA PRISIONERA

    PROUST, MARCEL ALBA Ref. 9788411781602 Ver otros productos de la misma colección Ver otros productos del mismo autor
    Proust fue uno de los primeros novelistas en tratar por extenso la homosexualidad –de hombres y mujeres– y considerarla parte de la vida humana, donde en su tiempo se desplegaba secretamente en una duplicidad a la vez psicológica y social. Gran parte de Sodoma y Gomorra (1921-1922) gira en torno al ...
    Ancho: 160 cm Largo: 220 cm Peso: 250 gr
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    49,50 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-1178-160-2
    • FechaEdicion : 01/05/2025
    • AñoEdicion : 2025
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autores : PROUST, MARCEL
    • Traductores : GALLEGO URRUTIA, MARÍA TERESA/GARCÍA GALLEGO, AMAY
    • NumeroPaginas : 1000
    • Coleccion : CLÁSICA MAIOR
    • NumeroColeccion : XCV
    Proust fue uno de los primeros novelistas en tratar por extenso la homosexualidad –de hombres y mujeres– y considerarla parte de la vida humana, donde en su tiempo se desplegaba secretamente en una duplicidad a la vez psicológica y social. Gran parte de Sodoma y Gomorra (1921-1922) gira en torno al barón de Charlus, ignorante de que sus inclinaciones son un secreto a voces, pero que deslumbra con su linaje, que se remonta a los principios de la historia de Francia, a los jóvenes «inferiores» con los que se relaciona y le causan no pocos disgustos. Pero gira también en torno a Balbec y a Albertine, al «andar persiguiendo fantasmas» de un narrador que avanza en «el camino funesto y destinado a resultar doloroso del Saber». En La prisionera (publicada póstumamente en 1923), el narrador se lleva a Albertine a vivir a su casa en París y la vigila constantemente, buscando en las frases más insignificantes, en los silencios, en las contradicciones, indicios de que le es, ha sido o será infiel. Para él solo los celos son prueba de que el amor es amor, aunque conduzcan al absurdo o la crueldad: «solo nos gusta –dice– lo que no poseemos»; y entre lo que «no poseemos» está trágicamente el conocimiento de qué y cómo son los demás. Narrativamente, Proust sigue rompiendo la tradicional secuencia temporal: todo ocurre en un presente desmaterializado, simultáneo –de una forma extrañamente natural– con el pasado y el futuro.