Michael Crichton retoma en esta continuación de Parque Jurásico los aspectos más inquietantes de la trama original.
La pesadilla empieza en la isla de Costa Rica, donde se encuentran varios cadáveres de dinosaurios. El paleontólogo Richard Levine organiza una expedición y, gracias a sus peculiares ayudantes -dos niños superdotados-, consigue que Ian Malcolm, uno de los pocos hombres que conoce lo que realmente ocurrió en aquella isla remota, colabore en la arriesgada empresa.
Como es sabido, esa isla fue el verdadero "laboratorio" del parque, donde los dinosaurios eran "fabricados" y criados sin ningún criterio científico por los responsables de una empresa cegada por los intereses económicos. Ahora, las consecuencias de tales manipulaciones son pavorosas: los dinosaurios se han vuelto violentos e impredecibles y amenazan con extender su salvaje hegemonía a todo el planeta.