Yuri Andréyevich jamás podría olvidar la primera vez que vio a Larisa Fiódorovna en la habitación de aquel hotel decadente. Allí, sumido en la penumbra, el joven Zhivago se sintió devastado por una fuerza ignota que oprimió su corazón. La visión de aquella joven atormentada marcaría su destino, pres...