Noventa años después, la Segunda República cobra una especial y controvertida actualidad. ¿Fue una eclosión de libertad, cultura e ilustración popular, frustrada por la violencia de unas clases reaccionarias que no toleraban la pérdida de sus privilegios?, o ¿fue un régimen de arbitrariedad e incultura, pobreza, separatismos y odios políticos, que abocarían a la guerra civil? Basta plantear la cuestión para entender su proyección histórica:
¿Debemos considerar aquella república un modelo de convivencia política en que inspirarnos o, al contrario, como una rechazable conjunción de amenazas para la convivencia en libertad?
Los estudios publicados en un sentido u otro se cuentan por centenares, pero muy pocos exponen la dinámica interna de aquel régimen a partir de los juicios, intenciones y actos expresados por sus protagonistas.
La presente obra se centra en buena parte en los escritos de Azaña, pero también en los de Alcalá-Zamora, los líderes socialistas, Lerroux, Gil-Robles y otros, evitando los maquillajes e interpretaciones posteriores más o menos interesadas.
Un alegato en pro del libre debate intelectual y contra imposiciones totalitarias como las que hoy amenazan la libertad de la investigación histórica, oscureciendo el futuro de nuestra democracia.